Fonte:Sinoesuribeesjuanmanuelsantos.blogspot.com
Por: Ana María Mariño
La senadora Piedad Córdoba, es también mediadora en las liberaciones de secuestrados y ahora busca además reestablecer las relaciones con Ecuador por medio de creación de bases de paz. Puede un senador desempeñar todas esta funciones?
La senadora Piedad Córdoba, se ha atribuido nuevas funciones. A pesar que la sociedad colombiana acepta su labor “liberando” secuestrados y consiguiendo pruebas de supervivencia de los retenidos, ahora busca reestablecer las relaciones con Ecuador por medio de creación de bases de paz.
Los últimos actos de la senadora han llevado a que se formulen preguntas como: ¿son sus actos parte de la labor como senadora? ¿es la constitución política colombiana tan permisiva con respecto a las funciones de los senadores? ¿hay tanta claridad en sus acciones tal y como lo afriman sus adeptos?.
Para empezar, Piedad Córdoba fue escogida como senadora por los votantes colombianos, lo que significa que representa a los ciudadanos. Esta función que le fue dada, le da las facultades para votar en decisiones que afectan a la sociedad, entre muchas otras labores, pero de la misma forma tiene acciones que no serían permitidas por la constitución. Es así como algunas de sus labores, a pesar de que han beneficiado a algunos, no necesariamente responden a las funciones para las cuales fue escogida por la sociedad colombiana.
Como se sabe, la senadora ha tenido reuniones secretas con el grupo terrorista FARC, y además de los pasados encuentros con los presidentes de Venezuela y Ecuador, con el cual quiere llevar acabo en este territorio una bases de paz. Sin embargo los encuentros de Piedad Córdoba estarían violando el inciso 4 del artículo 136 de la Constitución Política, en el cual se aclara que los congresistas no deben de tener algún efecto sobre las relaciones diplomáticas ni haber asistido a reuniones secretas. Pues, esto podría afectar las comunicaciones entre as Farc, el país y el gobierno, único ente encargado de llevar acabo esta función.
Por otro lado, aunque las acciones de la senadora están buscando que familias afectadas por la violencia y el secuestro se sientan incluidas en la política, surge la interrogante acerca de qué va a pasar en un futuro si Piedad Córdoba deja de hacer este tipo de labores?. Las reuniones y los diálogos con las FARC deberían llevar un trámite legal, de tal forma que se pudiera constituir como política pública, y tener una representación legal, para que de esta forma perdure en el tiempo los “buenos actos” de la senadora sean significativos. Al igual que su labor de mediación, la cual no debe estar representada únicamente en su figura sino en un ente cuya labor sea siempre la misma sin depender de las múltiples funciones que desempeña la senadora.
Colombianos por la paz ó colombianos por Chávez???
Por: Maria Fernanda Rojas
Los llamados “colombianos por la paz” viajaron a Venezuela a pedirle cacao a Chávez. No obstante, hay indicios para no creer en sus buenas intenciones…
Los denominados “colombian@s por la paz”, emprendieron en días pasados un viaje a Caracas para persuadir al presidente Hugo Chávez de reanudar las relaciones con Colombia, tras las tensiones que se han generado por el anuncio del gobierno Uribe de permitir la presencia de militares y contratistas americanos en bases militares colombianas.
Así como muchos ven en esta visita un acto de verdadero altruismo y compromiso con el país, otros, entre los que me incluyo yo, lo vemos como una jugada política más de este grupo de “intelectuales” que buscan legitimar sus acciones en aras de ganar electorado y la aprobación de mucha de la gente que ha percibido en ellos un aliado del grupo narco-terrorista de las FARC.
Las prevenciones que existen entre algunos colombianos con respecto a este grupo no son infundadas. Vimos el “show” mediático que se generó en torno a la liberación de seis secuestrados (entre los que se encontraban el ex gobernador del Meta Alan Jara y el ex diputado del Valle del Cauca Sigifredo López) a principio de este año. Un “pantallazo” que sirvió a las FARC para figurar en un momento en el que estaban moral y físicamente debilitados.
Ahora, con su visita a Caracas, los “colombian@s por la paz” están ejerciendo una especie de Diplomacia paralela en la que asumen, de manera arbitraria, la vocería de sus coterráneos. Esto incluso va más allá de la dignidad a la que apelamos aquellos que no entendemos por qué es necesario disculparnos con Venezuela por ejercer nuestro derecho de decidir lo que hacemos o dejamos de hacer en nuestro territorio (¿será que en este caso la soberanía no aplica?).
La cuestión acá es que el ejercicio de la diplomacia es sólo tarea del gobierno. Ningún otro estamento del Estado o Sociedad Civil está habilitado o en capacidad para asumir una labor de interlocutor frente a otros gobiernos, y mucho menos cuando no hay un carácter representativo del Estado o con un aval del mismo. En este sentido, tanto “colombian@s por la paz” como el presidente Chávez están desconociendo la legitimidad y autoridad del gobierno colombiano.
En consecuencia, este tipo de iniciativas diplomáticas a título personal lo único que nos dejan ver es que en algunos sectores políticos priman intereses particulares, sin importar que esto signifique la división del país. Un mal cálculo político el de estos personajes, que están buscando hacer campaña (de nuevo) a costa de la credibilidad del gobierno, desconociendo el orden institucional de nuestro país y especialmente el sentir de muchos colombianos que no queremos que Chávez se involucre en nuestros asuntos internos.
Nota aparte: Este análisis no sólo aplica a “Colombianos y Colombianas por la paz”, sino a todos aquellos que, premeditadamente, han viajado a Venezuela (léase Ernesto Samper y P.P. Polo Democrático) para obtener algún tipo de provecho político de esta situación.
Matéria original: Piedad Córdoba, senadora multifunción?
