Por: Tania Ramírez
Nosotras, mujeres jóvenes negras/afrodescendientes, indígenas, lésbicas, bisexuales, transexuales, con VIH/sida y con discapacidades de América Latina y el Caribe, reunidas en un dialogo político en la XI Conferencia sobre la Mujer de CEPAL nos sumamos a la reflexión sobre “¿Qué estado para que igualdad?” y reafirmamos que un Estado democrático e igualitario no se constituye sin la presencia de las jóvenes y la ejecución de sus reflexiones y demandas.
Las juventudes latinoamericanas y caribeñas tenemos como pautas prioritarias:
La violencia contra las mujeres jóvenes, que se puede configurar como: violencia generacional, psicológica, racial, de género, sexual, de orientación e identidad sexual, urbana y rural, policial, institucional, laboral, económica y moral, donde destacamos los constantes ataques molares que minimizan e invisibilizan nuestra participación como mujeres jóvenes en los espacios de decisión política y poder.
Reafirmando que la vida libre de violencias es un derecho humano, alertamos por el gran número de feminicidios/femicidios, tráfico de mujeres jóvenes y un aumento de la práctica de migración de jóvenes latinoamericanas y caribeñas hacia los países imperialistas en busca de una mejor oportunidad de trabajo y condiciones de vida. Por lo tanto, demandamos:
La creación y efectiva implementación de leyes y políticas públicas que garanticen una vida libre de violencias, particularmente en contra de nosotras, mujeres jóvenes en toda nuestra diversidad: lesbianas jóvenes que sufrimos la violencia sexual como medida correctiva de imposición de la heterosexualidad como la norma y la lesbofobia en general; mujeres jóvenes que sufrimos violencia, abuso y acoso sexual, violencia intrafamiliar y en las instituciones educativas, mujeres jóvenes que sufrimos la violencia ejercida por el Estado cuando no se nos garantiza la información, educación sexual, acceso a métodos anticonceptivos y aborto legal seguro y gratuito, y nos enfrentamos a embarazos no deseados que nos obliga a transitar por situaciones que ponen en riesgo nuestra vida e integridad psicológica, física y sexual.
Derechos Sexuales y Reproductivos de las mujeres jóvenes
Reafirmando que los derechos sexuales y los derechos reproductivos son derechos humanos exigimos:
Acceso a la educación sexual, científica, laica, libre de estereotipos racistas, lesbofóbicos y machistas, para la toma de decisiones libres, informadas y responsables.
Información y acceso real a métodos anticonceptivos gratuitos y de calidad, contemplando especialmente la anticoncepción oral de emergencia y el preservativo femenino, así como la creación de métodos preventivos para relaciones sexuales entre lesbianas y métodos anticonveptivos no invasivos para las mujeres.
Acceso a servicios de aborto legal, seguro y gratuito. Porque somos las mujeres negras/ afrodescendiantes, indígenas, empobrecidas y jóvenes las que no contamos con los recursos para acceder a este servicio de manera segura. De esta forma queremos ver garantizados nuestros derechos y la autonomía sobre nuestros cuerpos.
Acceso a la prevención y atención del VIH/sida para mujeres jóvenes adecuadas a nuestras distintas necesidades y sexualidades, enfatizando la necesidad de garantizar el acceso al condón femenino para todas las mujeres.
Garantizar el acceso a servicios integrales en salud sexual y reproductiva para mujeres jóvenes, de calidad, con personal capacitado que respete nuestros derechos sexuales y derechos reproductivos, y sin discriminación.
Trabajo y Educación
El trabajo voluntario y las pasantías mal pagadas, como estrategia de reducción de costos, vulneran nuestro derecho al trabajo bien remunerado, con protección legal y social, así como el respeto a nuestras capacidades.
Exigimos el diseño e implementación de políticas públicas que garanticen regímenes laborales con una carga horaria y remuneración que posibilite movilidad social, autonomía económica y política.
En búsqueda de oportunidades educativas y laborales las jóvenes tenemos que migrar a las grandes ciudades o a otros países exponiéndonos a situaciones de violencia y explotación. Por lo cual exigimos que se nos garanticen condiciones dignas para el acceso a la educación laica, gratuita y de calidad así como también a las nuevas tecnologías de información y comunicación.
El trabajo doméstico como históricamente ha sido considerado por la sociedad Latinoamericana y Caribeña nos oprime como mujeres jóvenes,
especialmente lesbianas, negras/afrodescendientes, indígenas y de sectores urbanos y rurales pues nos coloca en un lugar de vulnerabilidad y opresiones incompatibles con las necesidades del desenvolvimiento humano pleno y sin violencia.
Exigimos que el trabajo domestico esté libre de todo tipo de violencia y explotación social.
Participación Política
Las mujeres jóvenes en nuestra diversidad estamos construyendo proyectos y actividades para transformar el mundo, por eso reclamamos nuestro derecho de ocupar los espacios de toma de decisión política en todos los procesos de construcción y deconstrucción para un mundo donde se respeten todos los derechos humanos en todas las fases de la vida, especialmente en aquellas instituciones responsables de diseñar implementar y monitorear políticas públicas para las/os jóvenes.
Fonte: Lista Racial