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Tradicionalmente, las casas se construyían de materials naturales. Los varones remarían a pantones en sus cayucos y cortarían palmas de tique como soportes para las paredes. Otros irían a las montañas y recoger paja para el techo. Se cortaban caña brava para entretejer los palos tiques. Se amarraban entonces la caña brava y los troncos tiques con una viña, conocida como mimbre en español y mibi en garífuna. ¡No hacía falta ningún clavo para construir la casa!
En el pasado, la comunidad garífuna ayudarían a que los recién casados hicieran su nueva casa. Los varones pondrían el techo de paja o armar las paredes de caña brava y tique. Los niños llevarían cubetas de agua para mezclar con el barro y llenar las paredes. Y las mujeres preparían la comida para los trabajadores hambrientos. Cuando se terminó la casa, el buyei o curador purificaría la casa con un licor de caña llamado guaro en español.
La música y danza eran el pegamento que se unían al trabajo. Primero, los tamboristas garífunas iban de casa a casa y animaban al pueblo que echaran una mano. Cuando hacían la casa, los hombres turnaban tocando música punta con los tambores para que se pasara el tiempo. Así, los garífunas tienen tantas canciones de trabajo. Las mujeres escucharían a la música y se vendrían a cantar y bailar punta. Pasarían las celebraciones hasta muy de noche.
Cambios al estilo de vida
Se están cambiando los modos tradicionales en las comunidades garífunas. Hoy en día, los garífunas recién casados ya no reciben casas gratuitas. Muchos dicen que el costo de vida es tan alto que no les ajusta si pasan un día sin pago. Con el terreno, mano de obra, y materiales tan caros, muchos varones garífunas no pueden hacer una casa. Dicen que es difícil hallar a una mujer garífuna que se casara con ellos. Por lo tanto, muchos salen de sus comunidades, inmigrando o alistando como marineros para ganar dinero suficiente para construir una casa. Mientrastanto, las casas lujosas pasan sin una padre la mayoría del año, excepto las pocas semanas cuando se toman vacaciones.
También, se están reemplazando casas tradicionales de manaca o hojas de palma con las de madera y concreto. Muchos argüen que los recursos naturales se están haciendo escaseces, requieren costos altos de la mano de obra, y duran menos tiempo que productos artificiales. También, son menos resilientes durante huracanes como Mitch. Así que hoy, típicamente se construyen las casas manacas sólo para el ceremonio sagrado garífuna, el dügü. Pero tradiciones de poner techos de paja se están desapareciendo en muchas de las comunidades garífunas. Por lo tanto, se trayen a veces a los extranjeros entendidos en estos métodos, como los maya, para hacer ese trabajo.