Discriminación. Unas 50 personas de organizaciones afro pidieron Justicia frente al Juzgado y la Suprema Corte Tommy fue golpeado a principio de mes por patovicas y puede perder la vista
MARÍA E. LIMA Y E. DELGADO
“¡No más racismo, no más impunidad!”, gritaron ayer frente a la Suprema Corte de Justicia unas 50 personas de organizaciones afro, que exigen Justicia por Tommy Daria, el joven nigeriano que fue golpeado por patovicas en un boliche de la Ciudad Vieja.
El punto de encuentro de los manifestantes fue frente al Juzgado de la calle Bartolomé Mitre y Buenos Aires, a las 15 horas, desde ahí hombres, mujeres y niños marcharon con pancartas y cánticos por la avenida 18 de Julio hacia la Suprema Corte de Justicia.
Durante la movilización entregaron volantes a los transeúntes en los que decía: “Basta de impunidad frente al racismo. Exigimos Justicia ante la agresión racista sufrida por nuestro compañero Tommy Daria, y por otras situaciones de racismo denunciadas ante la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento y la Comisión Honoraria de Lucha contra el Racismo, la xenofobia y formas conexas de intolerancia” (Ver “Casos”).
En la proclama que leyó Soledad Ramos, la esposa de Tommy, ayer frente a la Suprema Corte, las organizaciones afro pidieron que la Intendencia de Montevideo cierre el boliche donde el joven de 28 años denunció haber sido agredido.
GOLPIZA. El caso de Tommy fue en la madrugada del 4 de junio. Salió a la 1 de la mañana de su trabajo como guardia de seguridad en el Hospital Maciel y de ahí fue a tomar algo con unos amigos, por el cumpleaños de uno de ellos en un boliche en calle Bartolomé Mitre, donde conoció a un norteamericano que no dominaba bien el español. Este le preguntó por un lugar de música electrónica y entonces Tommy lo llevó a una discoteca de Ciudad Vieja en la que pasan ese tipo de temas.
Entraron al lugar, Tommy tomó un tequila y fue al baño y cuando salió, al bajar las escaleras, vio que los patovicas se hablaban por los intercomunicadores, pero nunca pensó que era por él. Fue a la barra y pidió otro trago.
“Cuando iba a tomar su trago los patovicas lo sorprendieron por la espalda y lo agarraron de las manos. Y dijeron: “Sacá a este negro de mierda de acá”. Y ahí lo sacaron del local y le empezaron a pegar. Y él preguntó porqué le pegaban. Y le dijeron que se callara y que se fuera para su país. Eran cuatro patovicas. Le pegaron con piña americana”, relató Soledad.
“Llegó a casa como pudo, todo golpeado, a eso de las 6. Nadie lo ayudó”, recordó Soledad ayer, frente al Juzgado. Llamaron al Círculo Católico, donde le dijeron que era preferible que fuera hasta allí porque había que hacerle placas, pero Soledad contó que no tenían dinero para trasladarse entonces fueron al Hospital Maciel.
De ahí lo derivaron al Hospital de Clínicas donde “se estuvo controlando una semana, cada 48 horas, y cada vez se iba empeorando más su ojo derecho, que es el lesionado. Un oftalmólogo le preguntó si no teníamos la posibilidad de pagar una sociedad. Le dijimos que estaba afiliado al Círculo Católico y lo trasladaron. A los días lo operaron. Le sacaron el cristalino y cataratas que se le habían formado por el traumatismo”, indicó Soledad.
Y agregó que “la doctora le dijo que iban a esperar un tiempo para ver cuáles son los daños. Tiene glaucoma (presión ocular), le sacaron el lente del ojo y por eso no ve. Ahora van a esperar un tiempo y le van a colocar una lentilla. La recuperación va a llevar un año, no se sabe si con la lentilla va a poder volver a ver”.
Tommy hizo la denuncia en la Seccional 1a. Del “Juzgado, el sábado siguiente a la operación, lo llamaron a Tommy para que se presentara en la comisaría que tenían novedades. Las novedades eran que el juez dispuso la libertad de los patovicas hasta que a Tommy le dieran el alta”, aseguró Soledad.
La organización Mundo Afro les “dio abogados y el juicio empieza ahora. Es un juicio penal y civil contra los patovicas”, afirmó la esposa de Tommy.
La pareja tiene un hijo de dos años. Soledad trabaja en una empresa, pero su ingreso “es muy bajo”. Tommy quedó sin empleo y, además, para que “pueda trabajar va a pasar mucho tiempo porque no puede hacer peso, correr o agacharse. Sufre constantemente del dolor y le molesta la luz”.
Denuncian omisión de la Justicia
Un grupo de afrodescendientes, que afirman haber sufrido discriminación racial, comenzó a reunirse cada 15 días para darse apoyo y tener respaldo de técnicos y profesionales con el fin de poder presentar denuncias y seguir su trámite.
“El tema es no dejar que los casos de racismo caigan sin consecuencias, porque la mayoría de los casos terminan archivados y olvidados”, dijo Orlando Rivero, miembro de Asamblea Afrodescendiente (conformada por organizaciones afro y militantes independientes).
La mayoría de quienes participan de este grupo concurrieron a la Comisión honoraria contra el racismo, la xenofobia y toda otra forma de discriminación (que funciona en la órbita del Ministerio de Educación y Cultura) y coincidieron en que la respuesta no fue satisfactoria.
Los casos que llegaron a la Justicia tampoco tuvieron el trámite que los denunciantes aguardaban y no se aplicó la ley Ley Nº 17.677 (incitación al odio, desprecio o violencia o comisión de estos actos).
CASOS
Víctor: Fue discriminado en su trabajo
Víctor Paiva se desempeñaba como guardia de seguridad en la Facultad de Ingeniería, donde afirma sufrió discriminación racial de algunas compañeras de trabajo. Tuvo buenas valoraciones de su encargado y de otros funcionarios, pero fue el único al que no le renovaron el contrato a los seis meses por “no adaptarse”.
Luciana: La insultaron en el ómnibus
Luciana Sampaio es brasilera y vive desde hace 10 años en Uruguay. Subió a un ómnibus en el Centro de Montevideo y luego de sentarse notó que la mujer a su lado se arrimaba mucho hacia la ventana. Cuando esa persona se paró para bajarse, sin intención, ella le tocó el hombro y la mujer le dijo: “No me toques negra sucia, ustedes son todos sucios”. Sampaio le preguntó si era racista y la mujer siguió insultándola, por lo que decidió bajar con ella para denunciarla. Sampaio afirmó que el juez archivó la denuncia porque no se presentaron testigos, catalogó el caso de violencia doméstica y nunca la citó a declarar. Su abogado realiza contactos con Cutcsa para presentar al guarda como testigo y desarchivar el expediente.
Pamela: Una compañera la golpeó
Pamela Álves trabaja en estética femenina. En una tienda de Pocitos la encargada valoró su curriculum, pero le dijo que “el problema es que sos muy oscura”. Poco después fue contratada en otro local. Pero una compañera de trabajo comenzó a agredirla hasta que un día la golpeó y la insultó con palabras racistas. Otros empleados tuvieron que sacársela de encima porque ella no reaccionó. Pero fue despedida por mala conducta. Ella hizo la denuncia policial, incluso fue a perito forense pero nada pasó.
Fonte: Elpais